15 abr 2012

Opinión de la PAH sobre el Código de Buenas Prácticas.

 Los fundadores de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau y Adrià Alemany, han afirmado que el Código de Buenas Prácticas de los bancos ante deudores, que incluye la dación en pago como una opción voluntaria, es "una tomadura de pelo" que sólo ha logrado el efecto contrario.
Han presentado en Barcelona su libro "Vidas Hipotecadas", que señala a los responsables de los miles de desahucios que se dan en España y que pretende negociar la deuda con el banco. En la presentación del libro, Colau ha subrayado que, en caso de no poder hacer frente a la hipoteca, lo más importante es informarse de las opciones que hay, no dejarse amenazar por las entidades bancarias y escoger bien el momento en que se deja de pagar para garantizar las necesidades básicas.
Colau y Alemany fundaron en el 2009 la PAH, como continuación del movimiento VdeVivienda, y se encontraron con que los afectados no estaban enfadados, sino que se sentían fracasados a pesar de no tener toda la culpa de haber llegado a esa situación. Por ello los autores piden en el libro un cambio de actitud, y recomiendan no dejar de comer o de alimentar a los hijos para poder pagar la hipoteca.
Dicen que la decisión de dejar de abonar la cuota de la hipoteca es muy personal, pero si alguien ve claro que no tiene suficiente dinero para pagarla, debería pensar en destinar ese dinero a su familia.  
Los autores recomiendan negociar una solución con el banco y no descartar la dación en pago, aunque, por la caída del valor de la vivienda desde 2007, los bancos son reticentes a esta solución y de entrada dirán que es imposible.
Según los fundadores, el código establece unos requisitos muy restrictivos y deja la dación como la última opción, de manera que esto lleva hasta una refinanciación de la deuda que "sólo interesa a los bancos".
El libro denuncia que la responsabilidad de la actual situación recae en todo el mundo, tanto los titulares de hipotecas como las inmobiliarias, los bancos y los políticos, pero a los únicos a los que se les está pasando factura es a las familias.
Por ello, los autores defienden la desobediencia civil, como oponerse a un desahucio autorizado por un juez, ante una ley injusta y que no puede invadir una ley superior que es la de los Derechos Humanos.
Parte de los beneficios del libro irán a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que ha paralizado cerca de 200 desahucios, ha logrado centenares de daciones en pago y ha conseguido algunas condonaciones de deuda después de subasta. 

14 abr 2012

Un nuevo desahucio detenido.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) gritaba su lema "sí se puede" este jueves al frenar el desahucio de un matrimonio de ancianos con una historia dramática a sus espaldas (con un hijo y una nieta discapacitados a su cargo). Ana González y Santos Pérez, de 73 y 79 años, podrán seguir viviendo en su piso de Sabadell en régimen de alquiler después de que el banco haya aceptado la dación en pago (saldar la deuda con la entrega del piso).
A medida que la crisis avanza, muchas familias castigadas con el paro se han visto incapaces de hacer frente a sus hipotecas. Desde el inicio de la crisis, las órdenes de desahucio han alcanzado las 6.789 el año pasado en Cataluña, mientras que en 2008 se firmaron 3.926, según datos del Consejo General del Poder Judicial. Este incremento en los procesos también los están notando los abogados de oficio, que han visto sus actuaciones quintuplicadas, pasando de 508 casos en 2008 a 2.542 en 2011.
La intervención del Ayuntamiento evitó que una familia se quedara sin su vivienda. También fue el caso de Ana y Santos, que arropados con una cuarentena de miembros de la PAH, se plantaron ante la oficina central de Banca Cívica en Barcelona. Allí las negociaciones fueron positivas y el matrimonio consiguió arrancar del banco el compromiso de quedarse en el piso en régimen de alquiler social, pagando 150 euros al mes. La PAH atribuye este éxito a la presión social y mediática conseguida. 
Trabajando duro en diferentes industrias, el matrimonio pagó en unos años el piso. Aquí viven con su nieta, que padece una deficiencia mental y está a su cargo, ya que el padre de ésta se halla ingresado en una residencia al padecer un estado de dependencia total debido a un accidente de tráfico.
Las pesadillas bancarias de Ana y Santos empezaron hace cuatro años, cuando decidieron avalar a su hijo, que había pedido una hipoteca. Ante los impagos del hijo, que se hacía cargo de la deuda, el banco ejecutó la hipoteca en noviembre. 
Estos meses de angustias tuvieron un final feliz por saber que no deberían hacer las maletas, pero con el pesar de saber que el piso ya no les pertenece. "Hemos perdido el piso, pero hemos ganado amigos y una gran familia", resumía emocionado Santos en agradecimiento al apoyo recibido por la plataforma. De hecho, el matrimonio forma parte de la PAH de Sabadell desde su creación ahora hace un año.

13 abr 2012

Desahucios para los que ya no hay solución.

Después de lograr dos aplazamientos, Luis Mendes no ha logrado en esta ocasión frenar su desahucio. Tres meses después de su primera orden de lanzamiento, en noviembre, el inmigrante, de 40 años y originario de Guinea-Bissau, ha tenido que abandonar en marzo el que fue su piso, que pertenece a su entidad bancaria desde hace meses, cuando se subastó tras reiterados impagos.
Debido a que el piso ya estaba subastado ni Mendes ni miles de afectados por desahucios que ya están en marcha, podrán acogerse al código de buenas prácticas. 
Las condiciones para poder acogerse al plan de flexibilización de condiciones marcado por el Gobierno exigen que todos los miembros de la familia estén en paro, que las cuotas hipotecarias superen el 60% de los ingresos de la familia y que solo se posea una vivienda. Mendes, que tiene ocho hijos en su país, cumple estos requisitos. Lleva meses en el paro, ha agotado las prestaciones y no tiene más viviendas. La cuantía de la hipoteca también cumple las condiciones del código para poblaciones del tamaño de Torrejón (120.000 habitantes): es menor de 150.000 euros. Pero el código de buenas prácticas solo sirve en aquellos procesos de desahucio en los que llegue antes del anuncio de la subasta pública. Para el resto, la iniciativa llega tarde.
El inmigrante ha hecho las maletas y ha abandonado la vivienda. Pero su gran duda, como la de muchos desahuciados, es qué hará ahora. Ese es uno de los problemas, la ausencia de un sitio alternativo al que ir o de dinero para alquilar una nueva. Eso y la sensación de haber tirado el dinero ya aportado durante los años en que sí cumplieron con sus pagos más la entrada.
En concreto Mendes firmó en 2002 una hipoteca de 114.000 euros con Bankia (que todavía no ha anunciado si se acogerá al código de buenas prácticas del Gobierno). La hipoteca también figura a nombre de un amigo ("si no, no me la daban", dice). Hasta 2010, trabajaba en la construcción, e ingresaba una media de 1.800 euros, pero en 2009 se quedó en el paro y dejó de pagar. La entidad le reclamó entonces una deuda pendiente de 109.000 euros. No los tenía y se puso en marcha la ejecución hipotecaria.