29 mar 2012

La lucha de Paola para evitar el desahucio.

Paola Angulo, colombiana de 33 años, casada y con dos hijas pequeñas, acudió el 29 de Febrero a la oficina de Deutsche Bank de la plaza del Ayuntamiento de Valencia para presentar una carta de apoyo respaldada por 89.962 firmas logradas por Internet con la que evitar su desahucio el 22 de marzo. Pretendía negociar una alternativa a la expulsión de su casa o, al menos, que la entidad financiera le permitiese seguir viviendo en ella a cambio de un alquiler hasta que termine el curso escolar. El banco ya se ha quedado formalmente con su casa por un 60% del precio que la tasó al concederle el crédito y le reclama, además, 110.000 euros. La mujer tuvo problemas, sin embargo, incluso para poder entrar en la oficina de la entidad.
 Ayer se presentó acompañada de una veintena de personas de la Asociación de Vecinos del Parque Alcosa de Alfafar, donde vive, y de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca.
Llegó un furgón de la policía, que no llegó a intervenir, y Angulo y Yolanda Prat, asesora jurídica de la Plataforma, consiguieron acceder al banco, aunque sin mucho éxito: "No nos han dejado entrar al despacho del director. Nos ha atendido de pie en el mostrador y nos ha dicho que la decisión no estaba en su mano, que lo pondría en conocimiento del departamento jurídico correspondiente. Le hemos pedido que nos dijera qué departamento era, para comunicarnos con ellos. Pero solo nos ha dado un número de atención al cliente, un 902”.

La historia de Paola Angulo y su marido Marcelo encarna en buena medida el auge y caída de la economía española. Paola llegó a Valencia en 2001. En 2004 se casó y tuvo su primera hija. En 2005 obtuvo la residencia legal. Ella (empleada de hogar) y su marido (construcción), y su hermana (hostelería) tenían empleos indefinidos y decidieron comprar sus pisos. La inmobiliaria les facilitó hipotecas a ella y a su hermana en las que cada una hacía de avalista de la otra. En 2008 perdieron sus empleos. En 2010 el banco se quedó con el piso de su hermana, que volvió a Colombia. Más tarde, Paola perdió el suyo, y ahora carga con las deudas de las dos.
La propuesta de la afectada por el desahucio era que el banco le permitiera quedarse en la vivienda pagando un “alquiler social”. Una expresión que, según explicó Julián Moyano, secretario de la asociación de vecinos, equivale a un alquiler de mercado. Y que se le perdonase la deuda “para tener una segunda oportunidad”.

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