14 abr 2012

Un nuevo desahucio detenido.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) gritaba su lema "sí se puede" este jueves al frenar el desahucio de un matrimonio de ancianos con una historia dramática a sus espaldas (con un hijo y una nieta discapacitados a su cargo). Ana González y Santos Pérez, de 73 y 79 años, podrán seguir viviendo en su piso de Sabadell en régimen de alquiler después de que el banco haya aceptado la dación en pago (saldar la deuda con la entrega del piso).
A medida que la crisis avanza, muchas familias castigadas con el paro se han visto incapaces de hacer frente a sus hipotecas. Desde el inicio de la crisis, las órdenes de desahucio han alcanzado las 6.789 el año pasado en Cataluña, mientras que en 2008 se firmaron 3.926, según datos del Consejo General del Poder Judicial. Este incremento en los procesos también los están notando los abogados de oficio, que han visto sus actuaciones quintuplicadas, pasando de 508 casos en 2008 a 2.542 en 2011.
La intervención del Ayuntamiento evitó que una familia se quedara sin su vivienda. También fue el caso de Ana y Santos, que arropados con una cuarentena de miembros de la PAH, se plantaron ante la oficina central de Banca Cívica en Barcelona. Allí las negociaciones fueron positivas y el matrimonio consiguió arrancar del banco el compromiso de quedarse en el piso en régimen de alquiler social, pagando 150 euros al mes. La PAH atribuye este éxito a la presión social y mediática conseguida. 
Trabajando duro en diferentes industrias, el matrimonio pagó en unos años el piso. Aquí viven con su nieta, que padece una deficiencia mental y está a su cargo, ya que el padre de ésta se halla ingresado en una residencia al padecer un estado de dependencia total debido a un accidente de tráfico.
Las pesadillas bancarias de Ana y Santos empezaron hace cuatro años, cuando decidieron avalar a su hijo, que había pedido una hipoteca. Ante los impagos del hijo, que se hacía cargo de la deuda, el banco ejecutó la hipoteca en noviembre. 
Estos meses de angustias tuvieron un final feliz por saber que no deberían hacer las maletas, pero con el pesar de saber que el piso ya no les pertenece. "Hemos perdido el piso, pero hemos ganado amigos y una gran familia", resumía emocionado Santos en agradecimiento al apoyo recibido por la plataforma. De hecho, el matrimonio forma parte de la PAH de Sabadell desde su creación ahora hace un año.

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